PINKY PROMISE (EDICIÓN ESPECIAL)

Tenía mucho tiempo buscando inspiración para mi colección de San Valentín. Obviamente sabía que alguna de las piezas tendría corazones porque el amor es la base de mi trabajo. Sin embargo, quería algo más, porque siento que Valentine’s además de celebrar el amor de una pareja, celebra también el amor que le tienes a tus amigos, a tus hijos, a tus padres, a tus mascotas e incluso a ti mismo…

Así que empecé a observar a mi alrededor y una tarde estando en el parque con mis hijas fui testigo del momento en que dos amiguitas entrelazaron sus dedos meñiques y dijeron: “Pinky promise” y allí recordé el día que le prometí a mi hija que yo siempre sería su mejor amiga y que siempre podría contar conmigo y también sellamos esa promesa con nuestros meñiques o “Pinky fingers”

Y pensé: ¡Lo tengo! Así que investigué ¿por qué se promete entrelazando los dedos meñiques y no otro dedo de la mano? y la razón es porque se descubrió que hay una arteria que une el dedo meñique con el corazón, llamada la arteria ulnar; y eso tenía todo el sentido del mundo, porque de nada vale una promesa si no es hecha desde el fondo de tu corazón.

Así que la idea estaba lista! Y así surgieron dos piezas: La primera de ellas representa esa “Pinky Promise”; y la idea de ella es que pudiera dividirse para que tú puedas tener una parte y la persona a quién le hayas hecho o quieras hacerle la promesa de que siempre puede contar contigo tenga la otra…
Y la segunda es por supuesto un corazón al que decidí llamar “Sweet Heart”, porque es delicado, dulce y tierno y representa ese lugar de donde provienen las verdaderas promesas.

Al final me di cuenta que podría regalarle cualquiera de estas piezas a mi esposo, a mis hijas, a mi mamá, a mis hermanos, a mis sobrinos, a mis verdaderos amigos y también a mi misma… Y tú a quién se lo darías?